El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es una condición mental que afecta a millones de personas en todo el mundo. Según el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos (NIMH), el TOC se caracteriza por la presencia de pensamientos incontrolables y recurrentes, conocidos como obsesiones, así como la participación en conductas repetitivas, denominadas compulsiones.
Las causas exactas del TOC aún no se comprenden completamente, aunque se cree que pueden estar relacionadas con factores como lesiones en la cabeza, infecciones y antecedentes familiares, según MedlinePlus, un servicio informativo de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.
Cuáles son los síntomas del TOC
Los síntomas del TOC pueden variar, pero comúnmente incluyen obsesiones como el miedo a la contaminación, el temor a perder el control o pensamientos agresivos, entre otros.
Estos pensamientos pueden llevar a la realización de compulsiones, como lavarse las manos repetidamente, ordenar objetos de manera precisa o contar compulsivamente, como una forma de aliviar la ansiedad generada por las obsesiones.
Es importante destacar que no todos los pensamientos repetidos son obsesiones, ni todas las conductas repetitivas son compulsiones. Para ser diagnosticado con TOC, la persona debe experimentar pensamientos o comportamientos que no puede controlar, dedicar al menos una hora al día a estas obsesiones y compulsiones, y no obtener placer de realizar estas acciones.
Los síntomas del TOC pueden variar en intensidad y pueden empeorar en momentos de estrés. Dado que el TOC puede interferir significativamente con la vida diaria, es fundamental buscar ayuda profesional si se sospecha que alguien puede estar experimentando este trastorno.
¿Qué ocurre en un cerebro con TOC?
Los investigadores saben poco acerca de lo que ocurre en un cerebro con TOC.
El cerebro se puede dividir en dos grandes partes: la corteza que está en la parte exterior y las estructuras que están por dentro, las llamadas subcorticales, detalla Soriano.
Dentro de éstas últimas hay unas muy concretas que se conocen como núcleos estriados, implicados en varias patologías neurológicas como el párkinson, por ejemplo. Esos núcleos son muy variados, continua el investigador del IDIBELL y participan en muchas conductas: hay un núcleo que participa en tema motor, otro en la memoria, entre otros.
En el TOC, la conexión entre los núcleos estriados y la corteza, sobre todo la frontal, está alterada.
¿Cómo se trata el TOC?
Se trata generalmente con terapia farmacológica, psicológica, bien por separado o ambas en combinación. En casos más extremos con cirugía.
“Muchísima gente soluciona el TOC solo con terapia psicológica, pero hay gente que se apoya con los psicofármacos, que suelen ser un tipo de antipresivo que reduce la sintomatología, en algún caso pequeño la elimina del todo, pero mientras los tomes, claro”, expone el especialista Santandreu.